jueves, 21 de enero de 2010

Carta a un amor perdido.

Mi querido amor:

Esta fría noche de invierno te trae nuevamente a mí,
Yo… ingenuo, vuelvo a sumergirme en el sueño
de tu recuerdo y escribo mirando por mi ventana,
donde veo como las copas de los pinos se inclinan
ante las caricias del viento, que con sus dedos invisibles
hace sonar cantos que siendo arrullos tenues de sonidos,
simulan ser escondidos y parecen decirme donde estas.

Pero…. es un canto de viento que ulula temperamental
y juzga reprochar mi comportamiento por insano,

¡Ahí de mi amada…!.,

Esos malditos enhiestos solo señalan mi fracaso

¡Ahí de mi amada!, pues para ti…

Yo ya no soy nada…. No supe emplearme y mate tu amor.

Merezco la pena doblada de esta noche,
que cargada del agridulce recuerdo
de un pensamiento dolido,
solo castigo me regala, por ser mi merecer.

Pero… déjame soñar… en la cumbre del pensamiento
dulce, de un añil florido, que guiado por una vereda
de helechos aromados, forman el recuerdo del suspiro
de tus labios, que los míos siempre anhelaron conquistar.

Mi amada, ya de inalcanzable caricia, ¿recuerdas?
Yo una vez y otra vez te ame e incluso te cante…
¿No te acuerdas?... “Si tu me dices ven….”,
¡Cuánto amor!.. de mi alma brotaba
cuando de esa torpe forma para ti cantaba.

Y que feliz te veía… que linda, que bella, princesa mía,
debes saber que siempre sin duda alguna
lo volvería a hacer y aunque se… que mi gracia sería ninguna,
volvería a cantarte no solo esta, si no mil mas una,
solo para poder conseguir hacer renacer aunque sea por una vez
ese brillo de amor que de tus ojos antaño sentí,
por que clavados en mi alma, dieron a mi vida de la vida su mejor razón.

Diosa de amor, necesidad de mi existir todo lo daría por ti... mujer.

¿Te acuerdas amada mía?, yo... si.


Joseán, enero de 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario