domingo, 31 de enero de 2010

Indiferencia.

Retorno al ocaso de tu huida,
vuelas otra vez pisando mi orgullo,
pero no te preocupes te bendigo,
pues siempre supe que tu vida
a la mía solo daría castigo.

Yo fui quien diseño de mi savia su obra,
granjero de mi propia alma,
que por plantar dolor cosechó zozobra,
en el campo de un amor de espinas,
que penoso me entrego solo su inquina.

No abriré mi daño al resentimiento,
de nada vale guardar rencores,
si fue malentendido mi sentimiento,
solo destierro la razón propone
de tu falso amor y mi lamento.

Y auque Abril no es eterno,
el siempre regresa cada año,
le esperaré con el corazón enfermo
por que tal vez un afecto sincero,
de luz al camino del remedio de mi daño.

Viviré sin ti y sin tu recuerdo,
treparé los muros del olvido,
atraparé las nieves del invierno
para congelar este amor deslucido,
en la indiferencia de un rincón eterno.

Y enterrado quedará tu nombre
y olvidado para ti el mío,
no has de volver a buscarme,
pues solo encontrarás en mi...
indiferencia, relego y vació.

Nada debes...., vive en paz.


Joseán, enero de 2010.

sábado, 30 de enero de 2010

Pena de muerte. "poesía gótica".


Muros de piedra labrada
de perfiles grises de noche,
sellaban a cuchillo
la habitación y sus bordes.

Escarchando la arenisca
en el suelo remojado,
unas gotas de sangre
se arrullaban a su lado,
adornando con desprecio
el silencio de un pecado.

En un rincón, una rancia silla,
sobre ella un reo sin sudario,
ungido en olor de muerte,
manchado del estrago.

Y se veía en sus ojos el miedo
y estaban sus labios sellados,
ya no pedía misericordia al sayón,
pues un acre pavor le tenía dominado.

El collar de su cuello
de frió hierro oxidado,
traía como adorno
un gris tornillo calado,
con el que atravesar su nuca,
con el que sería … ejecutado.

Tras el, un hombre encorvado
de manos de garfio y olor descarado,
tapaba su cara con un sucio paño,
mientras un cura vestido de negro,
entre murmullos rezaba a su lado.

Fue entonces el momento insidioso,
cuando el verdugo cruel
tensando sus sarmentosas manos,
giro el husillo roscado
y un alarido escapo de la boca del condenado.

Era débil el sayón y no hubo apretado,
con la suficiente fuerza
para acometer su encargo
y fue una vuelta y otra
las que preciso el malvado.

De la garganta de aquel hombre
gritos entre espasmos brotaron,
bañando de sangre los desgarros
de aquel cuerpo maltratado.

Y fueron sonidos de mil chasquidos
los que en esos muros rebotaron,
para hacer llegar la muerte,
pues el vil acto… se había consumado.


Joseán, enero 2010.



A las 09,40 horas de la mañana del sábado 2 de marzo de 1974, Salvador Puig Antich, de 20 años, paso a formar parte de la historia, por ser el último ejecutado en España mediante garrote vil.

miércoles, 27 de enero de 2010

Delirio

La tristeza de la despedida,
hace fútil hasta la vida misma,
hace años que partiste,
dejando atrás todos tus amores,
fuiste viento sin ser nada,
templada en mármol de corazón fuerte,
llegaste a mi casa,
adornaste las piedras de mi morada,
con la mirada enredada de las flores,
en los níveos sueños de las hadas.

Mi niña amada, ahora que ya no estas,
hasta el viento llora en mi ventana
y esos dinteles que viven sellados,
entre lamentos se ven desesperados,
por el cristal de la calle que les separa,
que con fulgores oscuros como lanzas,
parecen desafiar la nada,
por no tener la luz de esas flores,
que ya no pueden guardar tu mirada.

Y así quedo… exiliado en el brillo de tus ojos,
en la profunda quietud de tu atisbo,
donde encuentro el silencio de un misterio
de frases sin nombre,
que me hablan sobre los rincones
apartados de esos caminos,
guiados por luces enmascaradas que se alzan
ante deseos que hacen verdades sin miedo,
de las razones ahogadas,
por la propia realidad de esa pretensión
que siendo cierta en su orfandad,
mantenía de amor mi necesidad colmada.

Joseán, enero 2010.

Para siempre.

Sobre el lienzo de mi corazón
un amor para ti he pintado,
con los colores de un aroma
de azúcar, besos y labios.

Y así llego hasta ti,
con este sentimiento claro,
conjugado en los deseos
de la primavera de tu encanto.

Donde inmarcesibles se hallan
sueños carentes de llanto,
en el acorde de una aurora
que hace rejuvenecer mis años.

Y siendo adecuado en el amor
de mi querer mas venerado,
no han de ser mentiras
las que broten de mis labios.

Para Susurrarte que te quiero,
que por siempre te he amado,
que eternamente te esperare
por mucho que pasen los años.

Pues somos almas gemelas
que siempre se han besado,
antes de ser carne ya se amaban
en aquel rincón del cielo apartado.

Donde se escondían de Dios,
por si era pecado
adorarse de esa forma
y quererse tanto.

Joseán, enero 2010.

jueves, 21 de enero de 2010

Carta a un amor perdido.

Mi querido amor:

Esta fría noche de invierno te trae nuevamente a mí,
Yo… ingenuo, vuelvo a sumergirme en el sueño
de tu recuerdo y escribo mirando por mi ventana,
donde veo como las copas de los pinos se inclinan
ante las caricias del viento, que con sus dedos invisibles
hace sonar cantos que siendo arrullos tenues de sonidos,
simulan ser escondidos y parecen decirme donde estas.

Pero…. es un canto de viento que ulula temperamental
y juzga reprochar mi comportamiento por insano,

¡Ahí de mi amada…!.,

Esos malditos enhiestos solo señalan mi fracaso

¡Ahí de mi amada!, pues para ti…

Yo ya no soy nada…. No supe emplearme y mate tu amor.

Merezco la pena doblada de esta noche,
que cargada del agridulce recuerdo
de un pensamiento dolido,
solo castigo me regala, por ser mi merecer.

Pero… déjame soñar… en la cumbre del pensamiento
dulce, de un añil florido, que guiado por una vereda
de helechos aromados, forman el recuerdo del suspiro
de tus labios, que los míos siempre anhelaron conquistar.

Mi amada, ya de inalcanzable caricia, ¿recuerdas?
Yo una vez y otra vez te ame e incluso te cante…
¿No te acuerdas?... “Si tu me dices ven….”,
¡Cuánto amor!.. de mi alma brotaba
cuando de esa torpe forma para ti cantaba.

Y que feliz te veía… que linda, que bella, princesa mía,
debes saber que siempre sin duda alguna
lo volvería a hacer y aunque se… que mi gracia sería ninguna,
volvería a cantarte no solo esta, si no mil mas una,
solo para poder conseguir hacer renacer aunque sea por una vez
ese brillo de amor que de tus ojos antaño sentí,
por que clavados en mi alma, dieron a mi vida de la vida su mejor razón.

Diosa de amor, necesidad de mi existir todo lo daría por ti... mujer.

¿Te acuerdas amada mía?, yo... si.


Joseán, enero de 2010.