domingo, 31 de enero de 2010

Indiferencia.

Retorno al ocaso de tu huida,
vuelas otra vez pisando mi orgullo,
pero no te preocupes te bendigo,
pues siempre supe que tu vida
a la mía solo daría castigo.

Yo fui quien diseño de mi savia su obra,
granjero de mi propia alma,
que por plantar dolor cosechó zozobra,
en el campo de un amor de espinas,
que penoso me entrego solo su inquina.

No abriré mi daño al resentimiento,
de nada vale guardar rencores,
si fue malentendido mi sentimiento,
solo destierro la razón propone
de tu falso amor y mi lamento.

Y auque Abril no es eterno,
el siempre regresa cada año,
le esperaré con el corazón enfermo
por que tal vez un afecto sincero,
de luz al camino del remedio de mi daño.

Viviré sin ti y sin tu recuerdo,
treparé los muros del olvido,
atraparé las nieves del invierno
para congelar este amor deslucido,
en la indiferencia de un rincón eterno.

Y enterrado quedará tu nombre
y olvidado para ti el mío,
no has de volver a buscarme,
pues solo encontrarás en mi...
indiferencia, relego y vació.

Nada debes...., vive en paz.


Joseán, enero de 2010.

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