martes, 24 de noviembre de 2009

El final. (Soneto).

En fría noche de desasosiego
cesaron los momentos de mi vida,
cuando fui alcanzado en mi penosa huida
por un infierno de dudas y fuego.

Mire en mi interior para buscar mi ego
y solo encontré una ilusión hundida,
por dejar el mundo sin despedida
y al marcharme sin luz me quede ciego.

Al fin, me entregué rendido a la muerte
y mi rostro fue un llanto de agonía
que maldijo mi triste mala suerte.

Por no haber aprovechado mi estancia,
no disfrute la belleza de un día,
ni conocí del amor su fragancia.

Joseán.

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