sábado, 14 de noviembre de 2009

Carta de un Legionario

Siete de enero de mil novecientos veintiuno,

Mí querida Dama:

Es dolor lo que mi corazón vierte
al recibir esa fría carta de castigo
escrita con lagrimas de muerte
que me dicen que te has ido.

Espérame, amor mío….

Pues haré ese viaje contigo,
mi alma acompañara la tuya
en la que será su última patrulla,
para atravesar ese lúgubre camino.

Deseo que hoy mi vida concluya
se que pronto iré a buscarte,
pues haré que en estos campos fluya
mi sangre para poder hallarte.

Tendré cuidado en no equivocarme
cuando la fría parca me visite,
pero sé que sabré encontrarte
en la estela del amor que me diste.

En Beni Hassan… dejaré mi cuerpo triste,
mas no mi alma, que es de Dios y del destino,
lucharé con fusil en ristre
y no desfalleceré en el tiro.

Que venga a mi el enemigo
en cábilas sin freno.
Que la primera bala sea conmigo.
Que en mi corazón la espero.

Es impaciencia la que tengo
en atravesar ese abismo,
por el crudo dolor que siento
al no marchar ya mismo.

Ya voy contigo mi amor
Ya voy contigo…..

Con respeto, a la memoria de el Cabo Baltasar Queija de la Vega.

Joseán.

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